5.18.2010

Hiyab y otras cuestiones

Antes que nada, sirva para ilustrar el espíritu de este posteo un chiste que me contaron no hace mucho: Estaban dos amigos visitando unas bodegas en Jerez cuando de repente, uno de ellos, tropezó en una pasarela y cayó en una de las barricas llenas de vino. El amigo, desesperado, gritaba pidiendo auxilio: "Por Dios, echadle una cuerda!!!!", pero en ese momento, desde la barrica, a duras penas, el amigo contestó: "Noooooo!!! Echadme quesitoooooo!!!".

Tras este guiño humorístico, entremos en materia. No hace mucho, comentaba con una buena amiga la oleada de información relativa al uso del velo islámico a partir de la polémica en un centro educativo madrileño con una muchacha que fue expulsada por llevarlo y un grupo de amigas que comenzaron a ponérselo para apoyarla. El debate se ha abierto respecto a si el velo es una imposición, algo retrógrado, un yugo más para la mujer, un atentado contra los derechos humanos... en fin...

Efectivamente, estoy de acuerdo con el hecho de que obligar a la mujer a llevar hiyab, burka, falda larga, falda corta... incluso obligar a cualquiera a vestir de un modo concreto en su vida privada y cotidiana atenta contra la libertad de un@ a dar la imagen que desee. Pero hay que ser consecuente: si defendemos que cada uno vista como le dé la gana, defendemos su libertad para elegir si quiere o no llevar el hiyab, el burka o un crucifijo colgado del cuello.

Otra cosa distinta es la adaptación del individuo a un ámbito colectivo, como puede ser un colegio o un lugar de trabajo: si se lleva uniforme y uno quiere trabajar o estudiar en esa empresa o ese centro educativo hay que respetar la norma. No se puede pedir a un colegio religioso privado que retire un crucifijo de la pared: si no te gusta lo que implica que tu hij@ asista a un centro religioso, llévalo a uno laico. Si la norma del colegio es que no se lleve nada en la cabeza (llámese velo o llámese gorrita de turno), hay que respetarla y la opción b es estudiar en otro centro.

Apelemos al sentido común, pongamos cada cosa en su sitio y no queramos salvar a quien no desea ser salvado, por deplorable que nos parezca, por un triste empecinamiento con las causas que defendemos a título personal; atendamos y entendamos la diversidad, porque hay muchas mujeres sometidas a la forma de vida que se les impone que necesitan y demandan ayuda, pero pienso que quizá deberíamos valorar la idea de respetar también a quien, con libertad, elige la esclavitud.

4 comentarios:

  1. http://larachoff.blogspot.com/2010/05/velo-y-burka.html

    Hola ana! este es el enlace de un post que escribí sobre el hiyab porque te lo iba a resumir por aquí pero me queda largo.
    En resumidas cuentas yo he acabado comprendiendo que una mujer pueda querer llevar el velo y ahí lo expongo (encuentro su explicación en la historia), pero el burka de ninguna de las maneras, tiene un significado completamente diferente.
    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  2. Hola de nuevo, Vir!
    He echado un vistazo al post que me linkeas. Efectivamente, tienes razón al decir que el burka no tiene nada que ver, pero aparece citado de pasada y precisamente defendiendo que cualquiera que obligue a otra persona a llevar algo atenta contra el derecho a la propia imagen de cada persona.
    A mí tampoco me entra en la cabeza que alguien elija llevarlo, pero hay tantas cosas que no entiendo y que suceden que no me extrañaría: tantas cosas llevamos que son incómodas y opresoras... No hace mucho leí (aunque no me pidas que recuerde dónde) que los tacones los inventaron los hombres para que no pudiéramos correr las mujeres y, de ese modo dominarnos y hacernos más débiles. Hoy es algo que se ve como estéticamente bonito. Curioso, ¿no?
    Sí, ya sé que comparar el burka con los tacones es trivializar a tope el asunto, pero ¿no había un libro o una película o teleserie llamada "Un burka por amor"?.
    No sé, la verdad... yo lo único que defiendo es la libertad de cada uno de elegir. Como dicen en "La vida de Bryan", no se trata de debatir si puede o no puede (biológicamente, claro) parir hijos, sino de su libertad de elegir si quiere tenerlos o no.

    ResponderEliminar
  3. Me parece muy razonable y bien escrito lo que has expuesto Ana. Enhorabuena.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias, "anónimo"... Bienvenid@. Esta es tu casa, así que siéntete libre para comentar lo que quieras!
    Saludos!

    ResponderEliminar